viernes, 14 de junio de 2013

Hoy tuve una revelacion....no tengo madre...mi madre murio el dia que murio mi padre....
quien existe es alguien lejano, que no merece recibir ese nombre que simboliza amor y cuidado, cariño y respeto....no, aquella esta mal, esta enferma....y no es para tenerla cerca..
no es que le tenga mala, ya no. antes solia.
el perdon ya fue, ahora solo es sobrevivencia...

Chileno que trabaja con Muhammad Yunus: “Los empresarios no van a despedir trabajadores si aumenta el sueldo mínimo”

Por Luis Aravena Sanhueza (@LuisAravenaS)


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Bernardo Javalquinto.

Bernardo Javalquinto nació en Nueva York, pero es hijo de padres chilenos. Durante seis años, este economista trabajó en el Banco Mundial al cual renunció para ofrecerle un proyecto de impacto social alPremio Nobel de la Paz, Muhammad Yunus. “Me fui del banco más rico del mundo para trabajar en el banco de los pobres”, comenta entre risas.
El proyecto que le presentó al reconocido economista bengalí consistía en crear Escuelas de Negocios Sociales en Latinoamérica. La primera de ellas se inaugurará mañana en Constitución, gracias al respaldo del Centro Yunus y el CFT del Maule. Las ganancias que se obtengan serán reinvertidas para financiar becas para personas de escasos recursos. En los próximos meses replicarán esta iniciativa en Colombia y Bolivia.
Profesionales que se interesen en la “economía social” podrán obtener un título en la escuela, cuyas actividades comenzarán este año.
Javalquinto, quien es reconocido en Argentina por su aporte al desarrollo económico en zonas rurales, revela que “mi sueño es que estas escuelas se conviertan en la Universidad Muhammad Yunus, la cual me encantaría que estuviese en Chile”.
-¿Por qué quiso llevar a cabo esta iniciativa en Chile?–Luego del terremoto, la gente del sur se ha levantado prácticamente por sí mismas porque la ayuda que han recibido ha sido muy poca. Queremos fundar escuelas que les enseñen a emprender y generar una mejor calidad de vida.
–¿Qué es un negocio social?–Después de la última crisis económica, Muhammad Yunus invitó a los empresarios a ganar más dinero, pero siendo más humanos con sus trabajadores. La idea es que reinviertan porcentajes de sus ganancias en beneficios sociales para sus empleados.
–¿Qué busca resolver con esto?–Erradicar la pobreza y mejorar la mala distribución de los ingresos. Además, si los empresarios pagan buenos salarios y hacen sentir a gusto a sus trabajadores, aumentará la productividad de las empresas. No es posible que en el mundo haya personas que ganen dos dólares al día.
–Pero eso no ocurre en Chile…–El salario mínimo de Chile es cercano al que se obtiene en Mozambique.
–Como economista, ¿qué le parece la discusión que todos los años se produce en torno al salario sueldo mínimo?–Los empresarios no van a despedir trabajadores si se aumenta el sueldo mínimo. Esa es una falacia porque en todos los países desarrollados tratan de incrementarlo para aumentar el poder adquisitivo y el consumo… Una familia no puede vivir con el actual sueldo mínimo que tenemos en Chile.
–¿Cuál es el principal desafío que afronta nuestro país en materia social?–Debemos diseñar políticas sociales a la medida de los más necesitados. Chile no debe poner todos los huevos en la canasta del cobre porque nos va a provocar una recesión. Los países desarrollados arman sus políticas en base a la agricultura. En Chile eso no existe.

Deberiamos dar el paso: no hay blanco op negros, hay un intermedio como en todo

14 de Junio de 2013

El pensamiento bipolar que domina a las élites

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Doctor en Sociólogía y académico Escuela de Sociología, Universidad Diego Portales
En el fragor del debate sobre la educación y el malestar, se ha hecho visible un déficit notable de nuestras conversaciones públicas. Las elites, tanto de izquierda como de derecha, persisten en pensar y describir nuestros problemas y desafíos desde una gramática de los polos: estado/mercado, individuo/colectivo, socialismo/capitalismo, libertad/igualdad o naturaleza/cultura. Es como si a estas alturas, el sistema binominal se hubiera traspasado también a la forma en que pensamos y debatimos sobre nuestro mundo en común. A ratos parecen haber solo dos alternativas, dos formas posibles de imaginar la sociedad y donde elegir uno u otro implica abandonar, claudicar, perder. Es como si Chile se jugara la suerte entre transformarse en la Venezuela chavista o en mantener las hoy, a todas luces, visibles fallas de nuestro modelo de desarrollo.

Desde la derecha, por ejemplo, muchas de las reflexiones sobre el reciente malestar se acercan peligrosamente a la dicotomía de la sociedad libre versus sus enemigos (ver, por ejemplo, las recurrentes columnas de opinión en El Mercurio sobre estos temas). ¿Se trata realmente de esto la discusión? ¿Estamos realmente ante una disyuntiva o se trata más bien de una trampa del lenguaje? ¿Hasta qué punto esta gramática del cara/sello ofrece realmente posibilidades para pensar soluciones a los problemas que enfrentamos: la desigualdad, el diseño institucional, el descontrol de los mercados, la educación o el deterioro del medioambiente?
 Muchas de las reflexiones sobre el reciente malestar se acercan peligrosamente a la dicotomía de la sociedad libre versus sus enemigos (ver, por ejemplo, las recurrentes columnas de opinión en El Mercurio sobre estos temas). ¿Se trata realmente de esto la discusión? ¿Estamos realmente ante una disyuntiva o se trata más bien de una trampa del lenguaje? ¿Hasta qué punto está gramática del cara/sello ofrece realmente posibilidades para pensar soluciones a los problemas que enfrentamos: la desigualdad, el diseño institucional, el descontrol de los mercados, la educación o el deterioro del medioambiente?
Cuesta no vincular esta forma de describir el mundo social, al trauma histórico de la generación que aún nos gobierna: la dictadura y la guerra fría. A fin de cuentas, la dialéctica del amigo/enemigo fue por décadas la forma natural de pensar y debatir sobre modelos de sociedad a nivel global. Y fue por tanto el eje articulador en la formación académica y política de muchos quienes dirigen el país. Se puede ir incluso más lejos y ver junto con Bruno Latour en este pensamiento dualista una de las claves del pensamiento de los modernos
¿Es esta cultura del blanco y negro la mejor forma que tenemos de pensar, nombrar e imaginar la sociedad en que queremos vivir? La forma específica en la cual distintas sociedades discuten, acuerdan y mejoran sus arreglos socioeconómicos y buscan soluciones a sus problemas públicos, no puede ser descrita adecuadamente desde una gramática bipolar. Ni los países escandinavos son monopolio del Estado de bienestar, ni el mundo anglosajón, la cuna del capitalismo descarnado. El diagnóstico y solución a los problemas que nos aquejan no implica en ningún caso tener que optar entre la Venezuela de Chávez y la Inglaterra victoriana.
Quizás un camino para matizar la fortaleza de este discurso maniqueo, se basa en cuestionar el carácter aparentemente esencial del mundo social que subyace a muchas de estas descripciones. Tal como muestra la sociología, no existen arreglos socioeconómicos ni soluciones naturales o evidentes para organizar nuestra vida en común. Un buen punto de partida debiera ser, por tanto, asumir que el mundo social no remite a ciertas esencias que deben ser defendidas a toda costa en los diseños institucionales; sino que, por el contrario, es el resultado de la operación cotidiana, del ensayo error, la variación, el cambio. Un buen ejemplo de esta dinámica viene de la sociología de los mercados. Frente a la lupa sociológica, la —para algunos natural— mano invisible, se muestra en realidad como una mano muy visible compuesta por una infinidad de actores, instituciones y materialidades que crean y mantienen este tipo de arreglos económicos que llamamos mercados. Los mercados, al igual que las burocracias, son construcciones humanas, son contingentes, y deben por tanto ser sujetas a un debate público sobre sus formas, usos y pertinencia.
Frente a la creciente complejidad de los problemas y soluciones que se requieren para avanzar como sociedad, extremar una  gramática del blanco/negro puede tener buen rendimiento a nivel mediático o político en el corto plazo. Cabría preguntarse, sin embargo, junto con Richard Rorty, que tan útiles son las descripciones y léxicos que estamos ocupando para pensar nuestra vida en común, sobre todo para describir y evaluar los desafíos que esta nos depara. No se trata de desideologizar el debate, sino, por el contrario, de enriquecer y pluralizar las descripciones que ocupamos cuando contrastamos visiones de sociedad.
Es curioso. Mientras la innovación se ha transformado en el valor y discurso de moda en ciertos ámbitos de la sociedad, paradojalmente se observa que falta aún muchísimo por innovar a nivel de los léxicos que ocupamos para pensar nuestros problemas en común. Así como el sistema de representación política y el sistema educacional parecen habernos quedado chicos, el léxico que estamos ocupando para conversar sobre nosotros mismos ya no da la talla.

jueves, 13 de junio de 2013

Al igual que otros países en el mundo en desarrollo, la industrialización de Chile se ha basado en los salarios bajos y las ganancias altas inversionistas, la promoción de las exportaciones y la creación de un ambiente de bienvenida a la inversión extranjera con impuestos bajos. Esta ideología ha llevado al país al auge en la última década".....http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2013/06/13/prestigiosa-revista-foreign-affairs-ejemplifica-con-los-matte-el-contraste-entre-economia-bullante-y-malestar-ciudadano/
Y así con Fridman, el Estado subsidiario y la mano invisible que todo lo regula... Y eso??? No se podría haber aplicado a los remedios en góndolas y las recetas médicas genéricas???? o acaso los legisladores no creen en su propio sistema?